miércoles, 20 de febrero de 2008

PERDICIÓN



Si se enmaraña mi mente en lodos de tristeza...

en los mares del silencio una isla he de buscar.

De palabras ancestrales se describe mi simpleza

y me tornan en discípulo de un nuevo despertar.


Si me pierdo una vez más en los bosques del olvido

o mi vida es exiliada a una tierra en soledad

y la muerte enmascarada se detiene en mi camino...

partiré si es necesario, si mi culpa he de pagar.


Agotando ya mi aliento me revuelco entre pecados

de unos tiempos maldecidos que antaño vi pasar

por las venas y los huesos de mis años marginados

que mi alma y mi memoria inundaron de pesar.


Desgarrado por jirones en mi piel envejecida

me levanto entre cenizas de un cuerpo sin verdad,

engañado por intrusos desacuerdos de mi vida

que en mi carne sus cuchillos no cesaron de clavar.


Entre dudas ignorantes de ideas malnacidas

visitantes de mis sueños, mi cabeza y mi pensar,

agonizan ya mis puertas, mis caminos y salidas,

desvanecen entre sombras que no logro vislumbrar.


De supuestas esperanzas se disfraza mi ocaso

por momentos transitorios que me dejan recordar

una luz entre tinieblas que se crece paso a paso,

en destellos y palabras que no consigo olvidar.


Pese a todo mal inmundo me destierre en la nada...

no hay corazón ni alma que por mí ha de llorar,

ni los ojos que contemplen mi muerte consumada

se torturen por mi sino...se disuelvan en piedad.


Horus Kàiser.

sábado, 16 de febrero de 2008

DELIRIO


Se borraron las palabras, ardieron los escritos... tantas ideas...tantos sentimientos dictados por un marchito corazón... embellecidos por la delirante mente caótica... llevados al papel con tinta de sangre y pluma de hueso... volaron las letras, se acabaron los versos... Sólo quedan vagos recuerdos de un inexorable pasado... ya casi extintos se van apagando como la débil llama de una vela... perdiéndose en las sombras, pintándose de oscuridad... es cuestión de tiempo... Pero qué es el tiempo más que el lejano canto de lo que fue un caudaloso río, implacable y arrasante... todo se lo llevaba...
ahora queda una pésima charca de agua, turbia e inmóvil, en un cauce pedregoso y seco... un lecho de roca... Como la piedra que antaño se elevaba en poderosa fortificación... un hogar, una familia, un orgullo...una vida... y de mi interior sus muros, montados piedra sobre piedra... todo se derrumbó, desmoronándose entre sacudidas... en una hecatombe de fatídicos hechos y aborrecibles sentimientos... Heme ahora perdido en un apocalipsis mental... escondiéndome del dolor que me causa la luz... vagando al amparo de umbrales y sombras de las desgastadas ruinas... muriendo una y otra vez entre lúgubres estatuas decapitadas por las tempestades de una marcada condena... Ya no recuerdo qué es la vida... lo sagrado se tornó inaccesible...lo divino, inalcanzable... mi ser se retuerce y se lamenta, víctima de la profanación... sólo me queda esperar...en mi letargo, en mi agonía... destruir mis constantes sueños y proseguir en decadencia... mi nefasto camino hacia una nueva muerte...
Horus Kàiser.

lunes, 11 de febrero de 2008

EXILIO


Desplegándose del sueño, entumecidas mis alas...
van extendiendo su temple, en aristas estiradas...
azotan el aire viciado, recobran la vida gastada,
recuerdan el mismo dolor que las mantiene clavadas.

Atrás se pierde mi sombra, en borrosa rezagada...
el crepúsculo la enrosca, ansiedad desperfilada...
destilan sus fríos contornos, consuelan su necia mirada...
destierran al sol ceremonias, en su esencia perpetuada.

Eclipse de luna se erige, memorando mi camino...
con manos de diosa se rige, sobre la capa nublada...
liviandad en mis lomos se posa, una lágrima reflejada...
orando a los tiempos su rosa, renombrando mi destino.

En el negro de la noche se va deslizando mi alma...
sobre arroyos que retuercen su raudo vagar entre niebla...
excavando las heridas de una tierra que no tiembla...
y se pierden entre rocas, desnudándose en la calma.

Siempre mi fiel compañera, soledad inseparable...
invisible rehusa la vida, inexistete cubre mi velo...
transcurriendo en transparencia, ante cualquier ojo ajeno...
acompaña en mi viaje hacia otra tierra inefable.

Entre penumbras sangradas quedan aquellos malditos...
que buscaron destruirme, derribando la piedra manchada...
de los muros del silencio, placidez de mi morada...
corrompida por corruptos, entre lamento y suplicios.

Corazones desdeñados, destemidos de sus actos...
acaudalan la deshonra, en sus hijos encorvados...
esbirros de la traición y de sus vidas maldonados,
perecen entre las áscuas de su infierno y de sus pactos.

Ante mí... ya la negrura, la tiniebla de mi exilio...
se acrecenta a mi llegada, perforándose en mi pecho...
consagrándose en mis ojos, arropándose en mi lecho...
proclamándose en mi sino...y en las sombras mi concilio.


Horus Káiser.

domingo, 10 de febrero de 2008

VIDA MUERTA



Demasiado...ya lo suficiente he vivido... para darme cuenta de que éste, no es mi tiempo... para saber que aquí, no está mi lugar... Hondo abismo, que absorvió... todo lo que fielmente guardaba mi corazón... ocupando su lugar un vacío, oprimido... que lentamente fué expandiendo la nada... hasta lo más profundo de mis raíces... emparedando mi alma... bajo un blindaje de agudas espinas... Ni las afiladas cuchillas que sesgan mi carne... son manchadas por la sangre, emponzoñada... que se va escurriendo...alejándose de mí... llevándose, aún cálidos, mis desechados recuerdos... Dormidos sueños contaminan mi memoria... de lo que muchos llaman ilusiones...esperanzas... opciones ridículas que se aferran a la salvación... sin razón, pretenden engañar a la muerte... Entre susurros osan traicionarme, malditos... mi mente, agitada intenta desembarazarse... de esos perros inmundos, rabiosos... que devoran, hacia adentro...mis heridas... Entra el aroma de la luna por la ventana... me invita a volar...abandonar el frío cuerpo... no puedo, aún los sentimientos...viven... me aferran, como atenazantes brazos... oxidados grilletes de ira, rugientes cadenas de odio... tensas ataduras de furia y desprecio, prisionero... Mi voz se eleva hacia el firmamento... casi inaudible, desgarra mis oídos... y el perdón se regocija entre mis manos... desesperado, intenta alcanzar mi pecho... deshecho...destruye cuanto me aprisiona... Despierto, el frío se ocultó...temblando... mis ojos se abren...al nublado dolor... de blanco, visten cuanto vislumbran... blancas...me cubren...las sábanas...


Horus Káiser.

sábado, 9 de febrero de 2008

ALMAVORÁGINE


El Tiempo de la Oscuridad envuelve mi mundo... en el anochecer, los vórtices de la tempestad posan sus ásperas manos sobre los balcones de mi soledad... dañando mi olvido el radiante resplandor del ocaso... llamando la atención a mis adormecidos sentidos y acariciándolos con ruidosos haces de luz...se acerca. Caballeros de negra armadura… negras espadas cortan el aire… anuncian tu venida entre cánticos y graznidos. Siervos de la noche rondan las cimas… saludan tu llegada, aullidos de los bosques. Erguidos majestuosos se inclinan ante ti los árboles… reverencian tu presencia, impetuoso vendaval que acompañan tus torrentes chasquidos y hojarasca. En el sudor de la tierra rebosa la humedad de tu perfume... tu llanto ahoga las planicies…cruje el cielo. Descienden fulgurantes tus manos… entre blancos destellos veo tu alma… Estoy aquí, esperándote con los brazos abiertos… cuando el mundo corre a refugiarse, salgo a recibirte, abrazarte…amarte... Muchos son los que temen tu ira… yo soy el que adora tu tristeza, llora sobre mí… Ahora que estamos juntos…es nuestra noche… creas las sombras en esta oscuridad, todo lo iluminas por segundos… estremeces…por instantes, resquebrajas la atmósfera… Cantas la melodía de nuestro encuentro entre los muros de mi hogar… y juegas, juegas con mi cabello… tus caricias me rodean…es nuestro baile… Derramas las lágrimas que rozan mi rostro, lágrimas que bañan mi lastimado cuerpo… llora, llora mientras muestras nuestro dolor… imparable poder que azota la vida… Cúbreme con tu llanto, abrázame más fuerte… desprende la amargura en el soplo de tu furia, calma la desdicha que trasluce nuestro aliento… rompe esta condena, libera nuestra alma… Detente un momento en el tiempo…escucha apagado mi corazón… en la magia de la noche, en la sinfonía de nuestra esencia… Prosigues tu camino, lentamente…te alejas… tu voz se torna en susurros de despedida… ya no te quedan lágrimas para mí… Una vez más iluminas la noche… clavando tu rostro en mi reflejo sobre la hierba mojada, estirando mi sombra hasta el horizonte… más lejos de ti, cada vez…más lejos… Y por fin rasgas el cielo… Apagada y débil…el último adiós… Vuelve a cambiar el mundo… Vuelve a ser lo que era…sin ti… Desplomado, golpean mis rodillas el suelo… Caen mis lágrimas sobre las tuyas… En la lejanía ya no te alcanzan mis ojos, cruza mis labios el suspiro de la soledad y muere, frágil en la brisa… En las cimas, acunan los bosques un gemido… lamentan tu partida los siervos de la noche… Aguardaré tu regreso…en el punto más alto… sumiré en letargo el deseo de abrazarte de nuevo… hasta que al fin, me acaricies con tus manos, me ames con tu cuerpo… y me inundes con tu luz.

Horus Káiser.

viernes, 8 de febrero de 2008

GRITOS DE SANGRE


Alma perdida al mirarme a los ojos...
del cuerpo hecho trizas escapó su ser...
amargo el sabor de sus labios rojos...
en los besos eternos de anochecer...

Soledad cruzando entre despojos...
retorcidos cielos dejando perder...
quimeras de agua, filos y clavos...
manchas de sangre en viejo papel...

Sonaban a gritos desde mis venas...
amargos ruidosos en el corazón...
en llamas vivas y apagadas velas...
buscando por ti una simple razón...

Entregado a sueños de días enfermos...
soñé claridad odiando el querer...
sombras cubrieron los yermos terrenos...
el mundo sombrío volvió a estremecer...

En absolución cedí mis rotos pedazos...
de almas en gracia los ecos callé...
en charcos de sangre marcando mi rastro...
oscuros destellos de enloquecer...

El cándido velo desgarro entre llagas...
heridas profundas que abren la piel...
manando encarnados por puntas y dagas...
calmando la sed de un oscuro placer...

Sonaban a gritos en las secas venas...
golpeando ruidosos desde el corazón...
muertos latidos sellando condenas...
clamando a la vida una simple razón...


Horus Kàiser.