sábado, 15 de marzo de 2008

DUELO EN SOLEDAD

Soledad de negro manto, que a mi noche has venido...
para darme caza y muerte, encerrándome entre hierros...
en la prisión de tus garras las espinas me has hendido...
de enrojecido dolor, en perdidos pensamientos...

Al sabor de la deriva por tu tez fuí seducido...
por amargas ilusiones y por sueños de tormento...
que desde furtivas sombras y entre dientes aniquilo...
para no hallarte presente en mi vida y mis encuentros...

Llora la rosa negra... en desconsolado nido...
que forman mis secas venas, entretejido lamento...
se van rompiendo en penas, como las hojas que piso...
entre tus rejas-condenas de este mi oscuro encierro...

Emparedado en olvido fuí por tu mísero vicio...
de mantenerme apartado, en desidia y sufriendo...
esta maldita locura, pérfida oscura que quiso...
que en mi mente y mi alma... sólo tú fueses lo cierto...

En tus locos arrebatos traicioneros fuí vencido...
enterrando mi sentir y cautivando mis adentros...
susurrándome palabras desdeñosas con sigilo...
que en negro corazón... sólo el odio es sentimiento...

Con presteza, en mis alas, fuertes lanzas has hundido...
abismándome en un mundo diferente y más complejo...
donde no existe futuro y el pasado se ha fundido...
con el lodo cienagoso... de este lúgubre momento...

Ya tantas han sido... las veces que has mentido...
abandonarme a mi sino, en rezos vas prometiendo...
de ocultas intenciones, disfrazando tu despido...
para siempre mantenerte entre mis brazos fingiendo...

Pasan las horas eternas, cortan en partes los hilos...
que en mi mente la pena, sienten tejiendo lo cuerdo...
y en la tristeza que quema, deslizas ágil tu filo...
clavando sello y clausura, sobre el altar de mi infierno...

Marcas los pasos a ciegas, que persiguen mi destino...
trazas grotescos dibujos, en mi aura y no comprendo...
matas a golpes mi alma, en mi voz cada suspiro...
que ávidamente se escapa, al verme así muriendo...

Ardes en hielo y quemas... el aire que respiro...
en mis labios te detienes, consumiendo hasta mi aliento...
y te ries... ironía, cada vez que yo te pido...
seques al viento mi sangre, rompas en suelo mi cuerpo...

Así pues, mi Soledad, entre tus brazos perdido...
a merced de la ansiedad, en la que sueño despierto...
por ser yo para ti... un total desconocido...
y tú seas para mí...no más que un mero recuerdo.

Horus Kàiser.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encanta tu poesía, te invito a darte una vueltecita por el mío, como no sé escribir tomo prestado lo que me gusta...

Un saludo de Amanita ;)